Se levanta
de la cama y enciende un cigarro. ¿Qué ha pasado? Ella no solía fumar y sin
embargo ahora lo hace, su cabello rubio es ahora moreno, y su larga melena
ahora ya no pasa de los hombros. Quizás fue la necesidad de cambiar, de empezar
una nueva vida y la única manera lógica que encontró fue empezando por el
aspecto. No es la misma de hace un año, aquella Nerea que jamás se había
enamorado y que no había dado un beso en su vida, ya no está. Todo comenzó el
maldito día en el que conoció a Aitor no es que se arrepienta, pero desde
entonces no ha hecho más que sufrir. Oye las llaves de su madre que entra por
la puerta en ese mismo instante y apaga el cigarro a toda prisa, echa un poco
de colonia en su habitación para que su madre no sospeche y se tira encima de
la cama con el primer libro que encuentra haciendo que está estudiando. Sabe
perfectamente que su madre entrará en su habitación justo después de entrar en
la cocina, y si la ve fumando la asesinaría. Vale no, exageraba, pero seguro
que el castigo no se lo quitaba nadie. Pasan los minutos y efectivamente, su
madre abre la puerta de su habitación.
- ¿Que estás haciendo?
- ¿No me
ves? Estudiar.
- Eso
sería creíble si para empezar estuvieses con un libro de clase en las manos, y
para terminar estuviese al derechas. No sé si te has dado cuenta pero estás
leyendo el atlas que te regaló tu abuela cuando tenías diez años.
Dicho esto, su madre se larga y ella maldice
en voz baja por no ponerse a gritar y que su madre venga y le diga lo típico de
"Ese vocabulario no es propio de una chica de dieciséis años", como
si ella no dijese tacos. Ahora se da cuenta de que desperdició su último
cigarrillo para que su madre no la pillase. Genial, Nerea, Genial. Ya que el
cuento de estudiar no ha colado y que tampoco es lo que más le apetece en el
mundo, coge su portátil y va a la lista de música en aleatorio. Suena
"Perfect - Simple Plan." Vaya, parece que el ordenador también se ha
puesto en su contra. No es que odie esa canción, al contrario la ama, nunca
jamás una canción la había marcado tan fuerte como esa. Se sentía identificada
con la letra al cien por cien, y por si fuera poco esa canción era de sus
queridos Simple Plan, uno de sus grupos favoritos, por no decir el favorito.
Sabe que se va a poner a llorar porque siempre que suena esta canción lo hace,
pero tampoco tiene ganas de quitarla.
Y efectivamente, no llega a sonar el
estribillo cuando las lágrimas ya están deslizándose por sus mejillas. ¿Por qué
todo es tan difícil? Su padre es la mejor persona de este mundo, sin embargo se
está destrozando a sí mismo por el maldito alcohol. No es que pegue ni a su
madre, ni a su padre eso está claro, pero la bebida le convierte en una persona
irracional que solo busca discutir y con la que no se puede hablar de absolutamente
nada. Y todo sería normal si Nerea supiese callarse pero no puede, cuando la
gente no tiene razón no se la va a dar y luchará hasta el final hasta hacerle
entender las cosas y claro así le va que a la mínima que su padre le dice algo
con lo que no está de acuerdo le vacila porque sabe que no él no se va a
defender con sentido, pero a la mañana siguiente se arrepiente y justo antes de
que se vaya al bar, su relación con su padre vuelve a ser la misma que de hace
unos años.
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