Cada día pasan más rápido las
clases. Cada día que yo quiero o mejor dicho necesito que pasen más despacio,
los minutos corren más deprisa como si el tiempo, y nunca mejor dicho,
estuviese en mi contra. No es que yo sea masoquista, es que cuando una tiene el
panorama que tiene en casa muchos de los días no tiene fuerzas para discutir y
las clases eran una especie de mi refugio. Pero el tiempo está en mi contra y
mientras mis compañeros cuentan hasta las milésimas de segundo que faltan para
que toque el timbre yo desearía pararlo o volver a atrás. Pero para mi suerte,
mala suerte, los minutos pasan demasiado rápido y las voces vuelven a llenar
los pasillos.
Es una paradoja porque a la vez
que me pesa levantarme cada día más al instituto al fin y al cabo me da pena
dejarlo pero claro, es por la situación con mi padre. Después del trayecto en
autobús acompañada de mis cascos ya estoy a la puerta de casa. Como rápido y me
encierro en mi habitación en otra de mis magnificas actuaciones haciendo creer
que estoy en pleno e intensivo estudio, aunque solo sea para no discutir con mi
padre.
-
¡Nereaaaaaaaaaa!
-
Dime Papá.
-
Mira como tienes el salón
-
Ya… pero es que tengo que estudiar.
-
Siempre tienes que estudiar pero lo de casa no
lo hace ni cristo bendito.
-
Pero es que…
-
Pero nada joder, no haces nada. No sirves para
nada.
Las lágrimas empiezan a asomar
por mis ojos, pero hace un par de años prometí no llorar delante de gente que
solo quisiese hacerme llorar así que lo único que se me ocurre es coger mis
llaves y mi móvil y salir a dar una vuelta a despegar. Al menos así no habrá
discusiones.
-
Papá me voy a dar una vuelta
-
Haz lo que quieras.
Salgo por la puerta y empiezo a
caminar tampoco llevo un rumbo fijo pero cuando me doy cuenta estoy frente al colegio
infantil de donde vivo. Aquí no hay la ESO por eso tengo que ir a otro instituto.
Me siento, me pongo el aleatorio con la esperanza de que suena alguna canción
triste y que las lágrimas salgan de mis ojos para lograr desahogarme sin
necesidad de hablar con nadie. Y parece ser que en esto al menos tengo suerte, “Respira
– Luis Fonsi” suena. Ojalá yo tuviese a ese alguien que me hiciese respirar
cuando me ahogo. Ojalá. Las lágrimas siguen saliendo de mis ojos pero nadie
está ahí para abrazarme.
-
Hey Nerea, ¿Qué te pasa? ¿Qué haces aquí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario